¿Te incomoda ver prolongadamente a alguien a los ojos?, ¿preferirías que la Biodanza fuera solo bailar y jugar sin tener que ver a los ojos a las demás personas?. Si la respuesta a una de estas preguntas es sí, te invito a leer este artículo.
Yo misma viví la incomodidad de bailar y ver a la gente a los ojos. Me temblaba el cuerpo, no podía sostener la mirada, con algunas personas menos, con otras más. Con algunas me sentía cómoda, aceptada, con otras me sentía intimidada. Me preguntaba: ¿qué tiene ella o él que me hace sentir incómoda?, en ese momento no comprendía que la pregunta tenía la dirección contraria.
Te comparto las razones principales por las que puede ser incómodo ver a los ojos:
- Timidez o baja autoestima: Si sientes que no eres lo suficientemente interesante o valiosa como para merecer la atención de los demás, probablemente evitarás el contacto visual directo por temor a ser juzgado o rechazado.
- Cultura y educación: Puede ser que en tu cultura evitar el contacto visual directo se considera una señal de respeto.
Puede ser que en tu familia te transmitieron el mensaje de no mirar directamente a los ojos a los demás, sin importar la razón, quizá estás siendo fiel a este mensaje.
- Experiencias pasadas: Hay personas que han experimentado traumas o abusos, esto puede ser una causa para sentirse incómodo con el contacto visual directo debido a asociaciones negativas con esta experiencia pasada.
- Ansiedad social: Si alguien siente ansiedad social puede sentirse incómodo con el contacto visual directo con los demás porque les preocupa cómo los demás los perciben y juzgan. El contacto visual puede hacer que se sientan expuestos y vulnerables.
La realidad es que las otras personas son un espejo de nuestra alma. Depende de nosotros hacernos las preguntas correctas:
¿Qué tengo yo en mi interior que me hace sentir incómoda cuando le veo a los ojos?, ¿qué veo en mí cuando le veo?, ¿qué veo en mí en este espejo humano?
Quiero cerrar diciendo que es posible llegar al agradecimiento y ver a ese otro ser desde un: “gracias porque en tí pude verme y, por ende, conocerme mejor”.